Algo más que chatarra: El desguace, la gestión y el reciclaje de los metales
Datos
La presencia de los metales en la fabricación de un vehículo se ha ido incrementando con el paso de los años y mucho ha tenido que ver en ello el papel que han jugado los desguaces y el reciclaje.
Por poner un solo ejemplo, la tasa de recuperación de aluminio alcanza ya el 95%. Una cantidad muy importante, que acaba cerrando el círculo cuando se utiliza para construir nuevos automóviles.
Y es que cuando hablamos de metales no estamos hablando sólo de chatarra. Son mucho más y por ello vamos a catalogarlos y a llamarlos por su nombre.
Pero comencemos por el principio.
Tras la recepción de un vehículo en un desguace o Centro Autorizado de Tratamiento, uno de los primeros pasos es retirar todos aquellos componentes metálicos, siempre y cuando éstos no se separen en procesos de trituración y almacenamiento posteriores, y sean reciclables.
La modernización de los desguaces actuales ha sido clave y ha permitido que también se aproveche el acero, que supone las tres cuartas partes de un coche, según la Dirección General de Tráfico.
Sin olvidarnos de la chatarra de hierro, motor del reciclaje hasta hace muy poco tiempo. De hecho, este metal, de alta calidad, sigue siendo muy apreciado por la industria siderúrgica.
Sin embargo, como hemos visto, es el aluminio el que está al alza.
¿Por qué? Porque es un metal fuerte, ligero, dúctil y maleable, además de ser un excelente conductor del calor y de la electricidad (los coches eléctricos ya se han fijado en este detalle). Tampoco se altera con el contacto con el aire, ni se descompone.
Utilizar este metal en la fabricación de un coche permite, a su vez, el ahorro de combustible, ya que al ser tan ligero requiere menos potencia para moverse. Asimismo, y aunque parezca increíble, el aluminio también reduce el ruido y la vibración.
Con respecto a su vida útil y a su almacenamiento posterior, ambos procesos se benefician de que el aluminio no se oxide, como el acero.
Sin embargo, la mayor de sus ventajas es que puede ser reciclado, una y otra vez, sin perder ni su calidad ni sus propiedades.
Reciclarlo para producir aluminio nuevo sólo requiere un 5% de energía. Lo que ha convertido a este metal en el único material que cubre los costes de recogida y traslado al centro de reciclaje.
La industria del aluminio ya está trabajando con los fabricantes de componentes para que los vehículos sean más fácilmente desguazados y los desechos sean clasificados y reutilizados.
Actualmente, la tasa de reciclaje del aluminio oscila entre el 60 y 90% dependiendo del país.
Carrocerías, tanques, escaleras, trenes… Serían sólo algunos de los destinos de este metal.
Hemos hablado del acero, de la chatarra de hierro, del gran protagonista en los últimos años, el aluminio… Pero hay más.
Secundarios, pero no por ello menos importantes, son en el bronce, el latón, el zinc, el estaño, el níquel, el plomo y el cromo, que también se utilización en la construcción de automóviles.
Hagamos un repaso rápido por estos metales.
- Bronce: Se utiliza en la fabricación de los bujes que conforman las partes mecánicas.
- Latón: Presente en termostatos, guías de válvula, casquillos, conexiones y en otros componentes mecánicos y eléctricos, como los radiadores.
- Zinc: Se usa normalmente como capa protectora del hierro y del acero (puede alcanzar los 15 kilos por coche). También está presente en la pintura del vehículo, en el relleno de los neumáticos y en las baterías. Se espera un crecimiento de entre el 5 y el 10% en los próximos años por lo que a su presencia en coches eléctricos se refiere.
- Estaño: Suele formar parte de aleaciones de dos o más metales. En cualquier caso, se puede encontrar en los tubos o alambres.
- Níquel: Se emplea como revestimiento de otros metales, sobre todo del hierro y el acero (muy sensibles a la oxidación). Está presente en ejes, cigüeñales, engranajes, llaves y varillas, entre otros componentes. Actualmente, se trabaja en su utilización para depósitos de combustible impermeables, baterías recargables de coches eléctricos e incluso en el chapado de neumáticos.
- Cromo: Está presente en los materiales refractantes, catalizadores y en el acabado del vehículo.
- Cobre: Utilizado en motores, cables, sistemas de señalización, generadores…
- Plomo: Presente sobre todo en baterías. La tendencia actual es ir reduciendo la presencia de este metal en la fabricación de un coche.
Y ya que hablamos de tendencias y de futuro, una de las nuevas técnicas sobre las que se está trabajando es la que permitirá reciclar uno de los metales más contaminantes. Se acumula en el catalizador de los tubos de escape, es muy caro y su nombres es paladio.