Un adolescente creó un dispositivo que ayuda a los no videntes a distinguir colores
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Matías Apablaza, un adolescente neuquino de 15 años, desarrolló un dispositivo que le ayuda a los no videntes a distinguir colores a través de sonidos. Su proyecto, portátil, pequeño y fácil de usar, lo convirtió en el ganador a nivel local de la Feria de Ciencias de Google.
En el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión. Estos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que el proyecto de Apablaza tiene la potencialidad de mejorar la vida diaria de mucha gente. Se trata de un aparato pequeño (10 x 5 x 8 centímetros), liviano (312 gramos) y barato (US$41). El adolescente se preocupó porque su proyecto cumpliera con estas características para diferenciarlo de otros dispositivos similares existentes en el mercado que son caros, grandes, poco versátiles y difíciles de usar.
El invento del neuquino consiste en transformar los colores, que son energía lumínica, en energía eléctrica. En su memoria tiene almacenadas las variables rojo, verde y azul. Al utilizarlo, toma éstas como referencia, las compara para determinar de qué tonalidad se trata y genera distintos sonidos.
Para desarrollar su invento, Apablaza trabajó en conjunto con Awkinko, una asociación neuquina de no videntes. Allí, las personas realizan trabajos con lana y macramé y encontraban dificultades para distinguir los colores. Los sonidos emitidos por el aparato fueron definidos en conjunto con las personas ciegas. Así, se decidió vincularlos con la sensación transmitida por cada color. Para el rojo, un ritmo rápido. Para el verde, un sonido similar a las aves de la naturaleza. Para el azul, un ritmo apacible como el del mar.